Desprès dels dies relaxats de l'estiu, el cinema de qualitat torna a Altafulla de la ma d'aquesta magnífica pel·licula, ambientada, en part, en terres japoneses.
Sinopsi: Trudi es la única que sabe que su marido Rudi está gravemente enfermo de cáncer. Siguiendo el consejo de su médico, deciden hacer un último viaje juntos. Trudi convence a su marido y van a visitar a sus hijos y nietos en Berlín. Sin embargo, éstos están demasiados inmersos en sus propias vidas para ocuparse de ellos. Tras ir al teatro a ver un espectáculo de danza Butoh, Trudi y Rudi deciden marcharse y pasar unos días en un hotel en la costa del mar Báltico.
La cinta está estructurada en dos partes bien diferenciadas en lo narrativo y en lo estético: el encuentro —habría que decir desencuentro— con sus hijos de Berlín, retratado con frialdad fotográfica y con una puesta en escena “europea” en que prima lo dramático; y la estancia en Japón, con un tono más lírico, simbólico y surreal y con una estética preciosista y poética. La fractura entre ellas es tan brusca y radical que, por momentos, parece que hemos visto dos películas y que el espectador se decantará por una de ellas, lo que en el fondo habla también de una falta de equilibrio formal.
LA CRÍTICA HA DIT
"Dörrie sorprende con una crónica agridulce y con aliento lírico (...) transmite con naturalidad y ternura el desconcierto, la soledad" (Carlos Boyero: Diario El País).
"Es hermosa y tiene el mérito descomunal de desnudar el alma hasta bordear el ridículo, sin caer al abismo. (Federico Marín Bellón: Diario ABC)
